martes, 24 de julio de 2012

Dejar de pedir mal




No sé cómo lo hago. 
No sé si es gracias a un don o culpa de mi indecisión, el caso es que no acierto con el plato bueno en los restaurantes.Y cuantas más opciones me den, peor. 
Como ya lo sé, cada vez tardo más en pedir, le doy mil vueltas y cuando llega el tan ansiado plato, en cuestión de instantes, zas! La decepción.
Sobre todo al comparar lo que pido con lo que piden los demás. Todo parece exquisito en comparación con lo mío, que siempre es gris y con poca saturación. Hay alguien más a quien le ocurra?

Si estuviera en la cárcel esperando mi última comida, seguro que escogería la ensaladilla rusa sin atún ni mayonesa.
He intentado copiar a los demás, a esa gente con suerte, a esos a quien el camarero escucha y no veo progresos y es aún peor, es contagioso.
Tened cuidado y nunca pidáis lo mismo que yo!






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