viernes, 13 de marzo de 2015

Poetry Slam

Poetry Slam




Mi primer contacto con la poesía ocurrió hace dos años al ver un vídeo de youtube.
Me encantó.
En ese momento supe que la poesía recitada sería mi forma de arte favorita.
Arquitectos de palabras,  alquimistas – conversores de tristeza en arte.
Me parecía algo imposible de conseguir. ¿Yo? ¿Escribir?
Empecé en silencio, como cuando los niños leen debajo de las sábanas con una linterna.
Era mi pequeño secreto.
Sí, amigos. Llevo a una cursi dentro de mí. A una princesa Disney… ¿Qué le vamos a hacer? Tendréis que quererme así.
Me sorprendió que al empezar a escribir, muchas cosas cambiaron. De alguna manera me descubría a mí misma “pensando en bonito” y cualquier cosa para mí se convertía  en una experiencia de belleza. Una montaña siempre es mágica si la decoras con versos. Y es que si insistes en la belleza, la encuentras hasta en las piedras.
El jueves  5 de Marzo me atreví a participar en mi primer Poetry Slam. ¡Los nervios de punta!
La oleada de emociones fue tan grande que aún no lo he digerido.
No sé si me encantó hacer público un mensaje que llevaba años escondido. Una liberación, quizá. Me encantó ver tanto talento en un sitio. Me encantó que vinieran personas a decirme que mi mensaje les había llegado. Supongo que todo el mal rato de subir al escenario valió la pena.
O si, por el contrario, exponer mi poema me hizo sentir tan vulnerable y expuesta que tuve un poco de ganas de meterme en una cueva un rato. Y bueno, como cuando estoy nerviosa, me comporto de una manera extraña, dije cosas muy raras a todos los que iba conociendo. 
-“Hola! Sabes que me encantas?”
- (Cara de póker)…
Así todo.
Creo que volveré.
Se me ha abierto un camino totalmente nuevo y desconocido que explorar. Mi alma aventurera no puede resistirse a tanta tentación.
Una tarta casera de queso… ¿Quién no tendría ganas de pegarle un bocado?

:D


Cheers!

“ Caminé hasta el mar,
 sólo para lanzar piedras a unas olas,
 Que, a juzgar por la espuma- estaban más furiosas que yo
Y cuando la marea me devolvió las piedras de vuelta,
me las metí todas en los bolsillos.
Y ahora están tan llenos de miedos que mis pies no aguantan el peso de mis pasos.
Y caí de rodillas en la arena,
Derrotada, herida.
Casi olvidé que estaba viva. “

7 26 de la mañana.
Me he despertado con ganas de volar, de subirme a los lomos de un pájaro y tragar algo de libertad durante un segundo.
Pero de vez en cuando la vida es irónica y en vez de volar con los pájaros, estoy sentada en el asiento 9B de un AVE.
Aparentemente quieta, aparentemente inmóvil y sin embargo mis pensamientos viajan a más velocidad que el mismo tren.

Me siento extraña en mi propia piel.
A veces pienso que nací para ser orca, caballo, pingüino, loba, o delfín.  De ahí que pueda capaz de entender a cualquier especie, menos a la mía. Menos a mí.
Así que si eres tan humano, que no eres capaz de ponerte en la piel de un canario, de entender la vulnerabilidad de una buitre… mejor que no sigas leyendo. No nos entenderemos. Jamás.

Me siento extraña porque no entiendo.
Porque nunca he entendido.
Y porque me niego a entender.
Y porque hoy, para variar  – siento rabia.
Que también existe.
Está aquí porque estoy triste, porque la tristeza de vez en cuando se enquista, porque luchar contra dragones y perder todas las  batallas en un día, agotaría a cualquier príncipe.
Y me da rabia.
Porque estoy perdida.


Alguien ha apretado un botón rojo, y ahora todo ha explotado.
Débil, dicen.
Hoy, mi vida es de asfalto y no sé el nombre de quién ha plantado semillas que no llegan a nacer.
En vez de árboles, en vez de frutas, me quedo con unas raíces deformes que destrozan todo al crecer.