viernes, 21 de noviembre de 2014

Noche de deseos.

¿Y es que sería totalmente absurdo intentarlo?
Querer dormirse en las nubes,
Creer que las nubes son suaves,
Creer que son de algodón.
Pedirle un deseo fugaz a una estrella,
Creer que se cumplirá.

Soplar velas,
Soplar dientes de león y enviar los deseos al aire,
como helicópteros diminutos,
que el deseo caiga en tierra donde la gente riega,
y que del deseo salga una flor.
Y así poblar de deseos el mundo,
¿Sería totalmente absurdo?

Y que a un muñeco de nieve le apetezca descansar,
bajo el sol,
de una playa tropical
¿Sería absurdo intentarlo?

Creo en los cuentos de hadas. 

Pues érase una vez, 
en mi centésimo primer cumpleaños de lunas llenas que no brillan,
Me regalaron una caja rebosante de vacío,
Creo que tenía poderes mágicos. 
Pues cada vez que la abría, 
Aquélla era como un cruel navío.
Me lanzaba a la deriva,
y me obligaba a sumergirme profundamente
en cada heridas. 

No dejaba de llorar y de gritar hasta que tuve la certeza, 
de que el negro no es ceguera,
de que la niebla es un biombo,
una pantalla, una frontera,
entre lo imaginario y lo real.
Descubrí que la verdad,
a veces…es etérea. 

Y la descubrí a ella,
a África,
mujer negra de ojos negros más profundos que una cueva. 
En su espalda no hay lunares,
hay estrellas.
y su ombligo es una copa
llena de luna de plata. 
Su nombre, no era otro,
que la Noche.

Y yo, que regalaba lágrimas, 
las usé para hacer un mar y bucear entre cometas,
cabalgar hacia la aurora y quiero ser prisma de luz,
y amo tanto a cada estrella,
que he dejado de temer la oscuridad. 
y ahora,
con la palma de estas manos, 
hago malabares con los astros
y mira, 
con la punta de la nariz 
puedo sostener la esférica noche
y hacerla girar
sin dejar caer, ni un sólo lucero.
¡y sin dejar de respirar! 

Y no llevo armadura,
pero a mi piel le visten las estrellas.
¿Quién me iba decir que desnuda,
iría vestida de gala?

Y lo que tú no sabes,
es que en la fragilidad de un recién nacido,
se esconden las armas más poderosas.

Deja de dinamitar montañas,
en serio,
tus ojos, 
son microscopios de belleza,
lo más bonito
está en lo más pequeñito. 

Sí, en la escala del cero al infinito
me sitúan entre ingenua e infantil.
Y es que tengo esta manía,
de buscar el final feliz.

¿Es totalmente absurdo intentarlo?
Y si es totalmente absurdo,
bienvenidos a mi mundo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario